Con el centenar de listas municipales que presentará la formación castellanista, cubrirá más del 80% del censo electoral de la provincia de Burgos y se consolidará como tercera fuerza política en Burgos, tanto en votos a las elecciones municipales, como en número de cargos públicos locales y en número de candidaturas presentadas, situación que lleva produciéndose de forma ininterrumpida en la provincia de Burgos, en las Elecciones Municipales de 1999, 2003, 2007 y 2011.
El PARTIDO CASTELLANO-TIERRA COMUNERA (PCAS-TC), considera que estas Elecciones Municipales de Mayo de 2015 son cruciales para el futuro del municipalismo y del tejido social del territorio de la provincia de Burgos, ya que la misma existencia de los Ayuntamientos en localidades de población inferior a los 5.000 habitantes está en cuestión, al defender partidos como Ciutadans y UPyD la eliminación de estos Ayuntamientos, lo que llevaría al exterminio a la práctica totalidad de las instituciones locales de la provincia de Burgos.
Los castellanistas apuestan por fortalecer el Municipalismo, dotar de más medios a los Ayuntamientos pequeños y llegar a una prestación comarcal de los servicios comunes, mediante la descentralización de competencias de la Diputación Provincial en las Mancomunidades. Desde el PARTIDO CASTELLANO-TIERRA COMUNERA (PCAS-TC), se considera crucial un giro en las políticas rurales, que apuesten por reforzar la calidad de la prestación de servicios públicos (sanidad, educación, comunicaciones, transporte, internet y servicios sociales) a la población, por fortalecer las prácticas democráticas, la transparencia y la participación ciudadana en las localidades rurales, por una gestión comunitaria de los patrimonios públicos y por políticas activas de creación de riqueza, puestos de trabajo y empresas en el medio rural, que retengan población joven, frenen el envejecimiento y pongan en valor los innumerables recursos naturales y culturales del territorio rural castellano.
Los castellanistas consideran que la regeneración democrática que la sociedad exige, es también urgente en el territorio rural burgalés y castellano, implantando una nueva política, neorural, que acabe con décadas de caciquismo, sumisión y corrupción, impulsada por los grandes partidos y que ha destruido la autoestima y la identificación rural y castellana de la población que reside en las pequeñas localidades de la provincia.