Durante su mandato, en dos legislaturas, no ha logrado realizar un nuevo diseño de la red urbana de autobuses, abandonada tras no haber sido consultada con nadie y haberse mostrado inviable por los técnicos municipales, con un coste de unos 250.000 euros, tirados a la basura, en obras de ubicación de nuevas paradas, postes, marquesinas, supresión de antiguas paradas y el asesoramiento de una consultora externa para el diseño del funesto mapa.
Ante la parálisis municipal en la reordenación de líneas los castellanistas proponen la creación de una línea circular que una diferentes barrios, con un recorrido que una (el cruce C/ Vitoria con Juan Ramón Jiménez, Esteban Sáez de Alvarado, Hospital Universitario, Fuentecillas, Campus Hospital del Rey, zona SUR -San Agustín-, aprovechando el Bulevar, contando con la opinión de los técnicos municipales y tejido asociativo, para la elección final del recorrido y paradas.
Capítulo aparte merece la nefasta gestión que no permite la llegada del autobús hasta la puerta principal del Hospital Universitario de Burgos, calificada por los castellanistas “como el colmo de los despropósitos”. Desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se ha puesto esta circunstancia en conocimiento del Procurador del Común, en búsqueda de una solución inmediata.
El número de usuarios se ha desplomado, en 2012 se perdieron 590.000 usuarios respecto al 2011, y en 2013 se perdieron otros 650.000; 1.240.000 usuarios abandonaron el transporte en dos años, quedando reducidos a 12.733.000, alejándose mucho de su máximo que rondó los 14.000.000 en 2011. Dentro de su gestión se encuentra la ocurrencia de comprar autobuses de segunda mano al Ayto. de Madrid. Para colmo de despropósitos la flota de autobuses del Ayuntamiento de Burgos se va a convertir “en virtual” en los próximos meses, de los 62 autobuses urbanos de Burgos, 37 estarán alquilados (“renting”) en 2017.
Los nuevos 10 autobuses que entrarán en servicio la próxima primavera, estarán alquilados para los próximos 13 años, con un coste de 8,1 millones de euros, con ese dinero se podrían adquirir en propiedad más de 20 autobuses.
Otro grave problema es el obsoleto diseño de las líneas, que incluso hacen coincidir hasta tres autobuses en la misma parada a la misma hora, a juicio de los castellanitas la denominación de las líneas tampoco ayuda a su comprensión y utilización. Por ello los castellanistas sugieren una nueva terminología; por ejemplo en Valencia, las líneas playeras llevan el número 2 (21, 22, 23); en Valladolid para los servicios especiales se utilizan letras: C (circulares), H (hospitales), B (búhos), P (polígonos industriales). Desde los castellanistas burgaleses se propone que los autobuses que van al HUBU lleven la letra “H” Polígono de Villalonquéjar “PV”, campus del Hospital del Rey “UH”, Circular “C”, etc.