Las ruinas góticas del Monasterio de Santa María de los Lirios de Alveinte, se sitúan en uno de los rincones más bellos, desde el punto de vista paisajístico y ambiental, de la geografía burgalesa, en la cabecera del Arlanza, junto al curso alto de este río. En su origen, fue un Convento Franciscano fundado por Fray Lope de Salinas en el 1440 sobre los restos de un monasterio anterior y patrocinado por don Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, probablemente destinado a miembros díscolos, conflictivos o discrepantes de la orden. El fundador decide ubicarlo en un lugar solitario, inhóspito y alejado de cualquier población, con el fin de que fuera el sitio ideal para la oración, penitencia y para la dedicación completa a Dios, en consonancia con los ideales de San Francisco de Asís. Así, se encuentra en un recóndito y espectacular valle de la Sierra de la Demanda, cercano a la localidad de Monasterio de la Sierra, a la que da su nombre. Fue el último refugio de la Junta Provincial de Defensa de Burgos durante la Guerra de la Independencia, hasta que fue saqueado e incendiado por las tropas francesas en 1810. Como consecuencia de la Desamortización, fue abandonado en 1835. Su arquitectura gótica fue deteriorándose paulatinamente, e incluso a principios del siglo XX, gran parte de sus muros fueron derribados para utilizar su piedra en la construcción de una central eléctrica cercana, sobre el río Arlanza. La talla tardogótica, de finales del XV, en alabastro, de Nuestra Señora de los Lirios fue trasladada a la iglesia parroquial de Monasterio de la Sierra, desde donde se realiza cada mes de Agosto una Romería a las ruinas del Monasterio de Alveinte.
La formación castellanista considera que con un presupuesto de un millón de euros en 2015, puede acometerse una primera fase de rehabilitación de este conjunto monumental, consolidando los elementos más amenazados y realizando las intervenciones de más urgencia, así como, elaborando un proyecto global de actuación integral, y diseñando un proceso de participación ciudadana, que involucre a las localidades próximas, y a las asociaciones y colectivos que trabajan en este entorno, al objeto de elaborar un plan que defina su uso posterior, que a juicio del PARTIDO CASTELLANO (PCAS) debe compaginar la puesta en valor de sus recursos culturales y ambientales.
El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) también ha reclamado partidas en los PGE para 2015, para la rehabilitación del Monasterio de Rioseco (Valle de Manzanedo; Burgos) y del Monasterio de San Pedro de Arlanza (Hortigüela; Burgos).
Los castellanistas, que han presentado casi un centenar de enmiendas a los PGE’15 han destacado su actuación por la responsabilidad, al no haber incrementado el gasto público en un solo euro, financiándose sus enmiendas en base a recortar partidas de gastos suntuarios, propaganda, actuaciones innecesarias y prescindibles, fondos de contingencia e imprevistos, y partidas para actividades no clasificadas que habitualmente esconden enormes fondos para uso discrecional y arbitrario de los diferentes ministerios, o recursos que finalmente no se ejecutan.