Javier Plaza, economista, es el representante de Guadalajara en el Concejo Nacional. Cada agrupación está representada por una persona, él representa a Guadalajara. Trabaja en Madrid y vive en Guadalajara. Sufro el atasco todos los días… Uno más que tuvo que emigrar para encontrar un trabajo que me gustara. Soy de familia de Chiloeches y nacido en Guadalajara, fui candidato a la alcaldía de esta ciudad como representante de Tierra Comunera.
¿Cuál es el origen de Tierra Comunera?
Este movimiento empezó en el año 87-88. Había unas asociaciones creadas en la transición llamadas Concejos comuneros. Tenían carácter cultural y se crearon para recuperar la cultura castellana. Esa gente decide que la forma de sacar a Castilla de su situación es crear un movimiento político. Se reúnen en Soria en el 87 u 88 y deciden crear Tierra Comunera. Se crea a partir de un movimiento cultural, bastante heterogéneo, ya que había gente de diferentes tendencias predominando una cierta tendencia más hacia la izquierda pero bastante plural.
¿Castilla debe ser una sola comunidad?
Pensamos que lo peor que le ha podido pasar a Castilla es que nos dividieran en cinco comunidades autónomas. Guadalajara se perjudicó especialmente porque nos quitan a Soria, a Madrid, a gente con la que hemos tenido una relación histórica. Creemos que Castilla está en inferioridad de condiciones respecto al resto de España, mientras que andaluces, catalanes, vascos están unidos y pueden reivindicar lo suyo a nosotros nos han dividido en comunidades autónomas que no tienen ningún peso.
¿Qué interés hubo en dividir a Castilla y con qué fuerzas lucháis contra ello?
Es casi una utopía cambiarlo. Nosotros pensamos que cuando se hizo el mapa autonómico, en el medio les quedaba una cosa muy grande que tenía mucha fuerza que eran las dos Castillas con Madrid. Si juntas todo ¿qué pasaría al votar los presupuestos con una Castilla fuerte que reclamara inversiones? Quizá eso no interesada. Luego, el mapa autonómico se lo repartieron entre tres partidos, la UCD que era el partido del centro, AP y PSOE para gobernar cada uno un trozo. Todo con la oposición de Guadalajara porque aquí hubo firmas, hubo manifestaciones, se trató de intereses partidistas.
¿Hay alguna posibilidad de romper el bipartidismo que existe?
difícil, nosotros lo hemos intentado y de momento no lo hemos conseguido. Pero lo que tenemos claro es que si no te peleas, no luchas, tu tierra va a seguir marginada toda la vida. Quizá sea sólo un sueño pero yo me veo en la obligación de luchar por ello. Es complicado, luchas contra maquinarias profesionales como tienen el PP y el PSOE. Creemos que en Castilla-La Mancha y en Guadalajara hace falta una alternativa y queremos ser nosotros. Para extender nuestras ideas internet nos ha ayudado mucho, tenemos una página web (tierracomunera.org). Siempre hay un resquicio para meter la cabeza, lo que hace falta es que la gente se dé cuenta de que hay alternativas al bipartidismo..
¿Se ha perdido la identidad de Castilla?
La identidad no se ha perdido nunca. Al final lo de la identidad es un tema muy relativo porque ¿quién es castellano? Si tu vienes a vivir a Sigüenza y te preocupa Sigüenza pues ya eres castellano, la identidad de un pueblo es algo que va cambiando, se va moviendo, depende de la gente que viva en él. Pero yo creo que sí, que se mantiene cierta resistencia a perderse. Aquí yo bajo al fútbol en el campo de Guadalajara y la gente va con los pendones morados de Castilla, nadie va con la bandera de Castilla-La Mancha. Por otro lado para nosotros La Mancha es una comarca más dentro de Castilla, diferente de la Alcarria, del Señorío o de la Serranía, para nosotros Castilla es la meseta. Incluimos a Santander y a la Rioja. Nosotros proponemos un mapa lo más amplio posible para que nadie quede excluido.
¿Existe cultura castellana?
La mayoría de los que estamos en Guadalajara en Tierra Comunera estamos también en un asociación llamada Concejo Comunero. Allí organizamos conferencias, cursillos. Tenemos el proyecto de crear una asociación castellanista que englobe a pequeñas asociaciones locales para crear una asociación grande de toda Castilla para fomentar el folklore y las tradiciones. Nos alegramos porque hace unos años era difícil ver a un dulzainero, ahora en las fiestas de Guadalajara vuelve a ver dulzaineros y tamborileros, antes parecíamos un cortijo andaluz. Aquí se ve la identidad, algo queda cuando una persona decide aprender a tocar la dulzaina, más importante que el tema político es el tema social y cultural.
¿Cuáles son los problemas de Castilla?
El principal es la despoblación, quitando la zona de Madrid y el corredor. Aunque el corredor es un tipo de poblamiento que no está asentado, viene aquí porque la vivienda es muy cara en Madrid, no es que quiera vincularse con Guadalajara. El abandono, la falta de infraestructuras básicas y luego el modelo político en el que estamos, la división de Castilla. Y luego tanto Castilla-La Mancha como Castilla y León se está estructurando en torno a unas entidades en las que no creemos, que son las provincias. En la provincia de Guadalajara no puedes comparar lo que pasa en Sigüenza con lo que pasa en Azuqueca, proponemos un modelo diferente que es la comarcalización. El territorio se debe vertebrar en unidades naturales, las comarcas. Cada comarca tiene un centro económico, como es el caso de Molina o de Sigüenza. Creemos que se debe potenciar esos centros comarcales para que se vaya extendiendo el tejido económico y social, que los productos que se produzcan en estos sitios se manufacturen allí, que la sanidad no se concentre en un macrohospital en la capital de la provincia, es decir que las infraestructuras se vayan repartiendo por cada centro comarcal y que se trate cada uno de estos centros de manera diferente. Esa es la base.
¿Qué tipo de desarrollo preconiza TC? ¿Qué pensáis de las polémicas respecto a campos de golf?
Que vaya la gente a Sigüenza los fines de semana a jugar al golf y luego se vuelva a Madrid, eso no es desarrollo. Nosotros pensamos que el desarrollo tiene que surgir desde dentro del pueblo, cooperativas de agricultores, gente que crea sus productos allí y en lugar de crear la materia prima y venderla, la transforme dentro del pueblo. El tema del campo de golf en Sigüenza es como el Polaris World en Murcia, eso no crea futuro, así te conviertes en un pequeño monstruo desarraigado. El dinero no es progreso, eso es pan para hoy y hambre para mañana. La mentalidad es que el de fuera traiga el dinero. El dinero lo tienes que generar tú poco a poco, con esfuerzo…
Lo que si que vemos es que en general las inversiones en Castilla-La Mancha van a donde interesa políticamente, donde hay votos. ¿A qué político de Toledo le interesan 5.000 votos de Sigüenza? ¿O el movimiento La Otra Guadalajara con 11.000 firmas? Eso no es ni un diputado. El político de Guadalajara no tiene ningún interés en que Molina se desarrolle, al revés le interesa que sea un sitio dócil, fácil antes de un sitio desarrollado con gente joven con iniciativas que reclame cosas.
¿Sois de derechas o de izquierdas?
En el congreso se ha aprobado que el partido se denomine como de centro izquierda. Somos un partido progresista y queremos huir de radicalismos. Somos republicanos, estamos convencidos que la república es la forma más justa de hacer democracia, que se pueda elegir hasta el jefe de Estado.
¿Cuál es la estrategia política y con qué fuerzas cuenta Tierra Comunera?
Pensamos que hay muchos partidos independientes que luchan por lo suyo en diversos pueblos, por ello queremos intentar las máximas alianzas políticas con fuerzas similares. Queremos que TC sea el movimiento que lidere a Castilla para salir del estado en que se encuentra. En cuanto a nuestras fuerzas, en Castilla y León se mantiene mejor el sentido castellanista, en Burgos tuvimos dos concejales y tuvimos un procurador en las cortes regionales y un diputado provincial.
Nuestro mensaje ha calado sobre todo en los pueblos. En la zona de Burgos, Valladolid y Palencia tenemos unos 94 entre concejales y alcaldes de pueblos. Es poco pero es la mayor cantidad que hemos tenido nunca, en los pueblos poco a poco va creciendo nuestra presencia. En Castilla-La Mancha quedan reductos, en Guadalajara, en Sigüenza, en Cantalojas pero resistir a las campañas de márketing de la Junta es difícil. Luchas contra un adversario demasiado potente pero esperamos que mientras que se mantenga la fuerza en Burgos poco a poco vaya extendiéndose a Guadalajara. En Madrid tenemos dos sedes pero se diluye la identidad al ser una ciudad tan grande. Nosotros reivindicamos Madrid como parte de Castilla, otra batalla complicada.
¿En qué consiste la renovación de la que habláis a raíz de vuestro congreso?
Por un lado, ha habido una renovación de personas. Luis Marcos que llevaba unos diez años de secretario general deja su cargo. Por otro lado hemos visto que en cierto modo estamos chocando contra un muro, constatamos que nuestro mensaje no acaba de calar, es un mensaje quizá demasiado teórico y que se ha acercado muy poco a los problemas reales. Se trata de hacer un giro hacia lo práctico. Vamos a dejar de hablar tanto de cosas teóricas y vamos a abordar los problemas reales: la despoblación, los trasvases en Guadalajara, las infraestructuras. Otro problema es que el mensaje nacionalista que hemos dado hasta ahora no cala porque el nacionalismo está demonizado por los medios. El nacionalismo no tiene porque ser malo, al fin y al cabo nacionalismo es defender tu tierra y buscar lo mejor para ella. Nosotros queremos estar dentro de España y en ese sentido somos muy diferentes a los nacionalismos vasco y catalán. Por eso queremos que el mensaje quede muy claro que aquí cabe cualquier personas que se preocupe por su pueblo y por su tierra.
Tenéis como referencia la historia de las Comunidades…
Es un referente complicado porque mucha gente no lo conoce. Es una parte de la historia que se ha ocultado. El referente que tenemos de las comunidades de Castilla es que entonces fue la última vez que Castilla luchó por sus derechos. Vino Carlos V a imponer sus leyes y Castilla, que era un reino importante, se levantó. A partir de ese momento Castilla empieza a declinar, los siglos XVII, XVIII, XIX y XX ha ido para abajo. Una de las cosas bonitas de la historia de los comuneros es que para ellos el rey, el gobernante, no dejaba de ser un servidor del pueblo, y ese espíritu es que que nosotros queremos, es decir, el que gobierna, Barreda, Román, los políticos no son los dueños sino los que nos tienen que servir a los ciudadanos.