El momento más emotivo tuvo lugar cuando las madres dominicas abandonaron su clausura por un fugaz instante para, a través de su ex priora, sor Margarita, recibir de manos del monarca castellano potestad sobre el monasterio.
Más de 4.000 personas acudieron el sábado hasta Caleruega para asistir a la gran gala medieval programada en la localidad, por el Ayuntamiento en manos del PARTIDO DE CASTILLA Y LEÓN (PCAL), para rememorar la visita que el rey Alfonso X ‘El Sabio’ realizó a la villa 739 años antes, un 11 de julio de 1270, para hacer entrega a las monjas dominicas del monasterio que él mismo había ordenado fundar cuatro años antes para exaltar Castilla, honrar la figura de Santo Domingo de Guzmán y a toda la familia real, a sus antecesores y a sus descendientes.
Aunque durante toda la jornada festiva hubo programadas actividades de animación con pasacalles, juegos, cuentacuentos, cánticos de cantigas y hasta una comida de época, el acto central arrancó a las 22.30 horas de la noche con el conjunto monumental espectacularmente iluminado con antorchas y profusamente engalanado con estandartes y pendones: la primera representación popular del Privilegio de Alfonso X ‘El Sabio’ en la que los vecinos venían trabajando desde hace medio año. Una dramatización en la que estaba previsto que participasen unos tres centenares de personas pero cuyo número rondó finalmente las 400.
Tras la proyección de un vídeo sobre la torre de la iglesia de San Sebastián para contextualizar el evento, desde la escalinata del atrio, a cuyos pies esperaba ansioso el pueblo inmerso en labores tan mundanas como el lavado de la ropa o el acarreo de agua en cántaros, comenzó a descender lentamente la comitiva real.
Un extenso séquito de clérigos, obispos, canónigos, nobles, caballeros, monjes, ricos hombres, sirvientes, labriegos y plebeyos perfectamente caracterizados -entre ellos auténticos dominicos que se prestaron a participar en la dramatización- que cerraba la figura del monarca, encarnada por el alcalde calerogano y Secretario General del PCAL José Ignacio Delgado, acompañado por la reina Doña Violante y sus hijos, aclamados y vitoreados en todo el recorrido hasta las puertas del monasterio.
Allí, bajo la atenta mirada del público, el rey mandó que fuera «acatado y respetado a perpetuidad» el privilegio que otorgaba a las monjas, y que, tras leerse, confirmaron, uno a uno, todos los miembros de la comitiva mientras un grupo de bailarines interpretaba animadas danzas medievales.
El momento más emotivo tuvo lugar cuando el séquito se encaminó hasta la puerta del convento donde, sor Margarita, ex priora del cenobio, abandonó por unos instantes su clausura para representar a la que fue su antecesora en el cargo siete siglos antes, Doña Toda Martínez, y tras garantizar cumplir fielmente la encomienda y afirmar que «en mi persona y en la de mis sucesoras tenéis seguro vuestro señorío», ingresar de nuevo en el convento de la mano del monarca.
El resto de las religiosas de la comunidad, muy emocionadas, también hicieron acto presencia apenas un fugaz momento, siendo recibidas por la multitud con gritos de ¡viva las madres dominicas!
Un concierto del Grupo Carrión Folk en el inusual marco del claustro románico del cenobio, iluminado para la ocasión, capitalizado por las cantigas de Alfonso X ‘El Sabio’ puso un magnífico broche a la jornada.
José Ignacio Delgado, del PCAL, no ocultaba su satisfacción por el resultado del montaje. «Estamos muy felices y contentos con el trabajo realizado y como era un montaje, no tanto de teatro, sino más de luz y sonido, creo que fue una maravilla», destacando por encima de todo la implicación de los vecinos «a los que les doy un 10,5 sobre 10».
Tras el éxito garantizó la continuidad y avanzó que ya están pensando en introducir algunos cambios y elementos nuevos para hacer más dinámica y atractiva la representación, como es la posible incorporación de diálogos y algunas escenas teatralizadas.
(Fuente: modificado Diario de Burgos).
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