Las propuestas del Ministerio de Fomento para elegir el trazado definitivo de la futura autovía Burgos-Logroño, A-12, en su tramo más próximo a la capital burgalesa han generado una enorme y lógica polémica, puesto que afectan a espacios especialmente sensibles de nuestro entorno, y probablemente sirvan de coartada para que el Gobierno Central, nuevamente, vuelva a retrasar los plazos de ejecución de esta infraestructura vital para las comunicaciones de Burgos con el Valle del Ebro.
Los gobiernos de Aznar, responsables de que en ocho años el Estado Central no construyera ni un solo kilómetro de autovía en nuestra provincia, decidieron que la autovía Burgos-Logroño comenzara a ejecutarse desde la capital riojana; posteriormente el gobierno de Zapatero presentó tres propuestas para enlazar esta infraestructura viaria con la capital burgalesa en 2004. Tras los correspondientes periodos de exposición pública, y dejando pasar dos años y medio, Fomento nos sorprende volviendo a exponer, poco más o menos, los mismos trazados que ya causaron rechazo en su momento. El itinerario más meridional de los propuestos es el de mayor impacto ambiental, afectando negativamente a las Riberas del Arlanzón, al Humedal de Castañares y al propio Parque de Fuentes Blancas, además de agredir de forma injusta a los términos de San Medel, Ibeas de Juarros y Cardeñajimeno. Las otras propuestas afectan intensamente a la Sierra de Atapuerca, al entorno de sus yacimientos y al Camino de Santiago, y han generado igualmente razonables rechazos.
¿Qué pretende Fomento?, ¿tomarnos el pelo nuevamente a los burgaleses como ha hecho todos estos años?. Desgraciadamente parece que sí. Durante muchos años, compartidos a la par por gobiernos del PP y del PSOE, el Estado Central ha prometido solucionar el problema de las travesías de la N-120 a su paso por varias localidades burgalesas, especialmente Villafranca Montes de Oca y el Puerto de la Pedraja; la excusa de la futura autovía Burgos-Logroño, les ha servido para ahorrarse el dinero, no ejecutar las actuaciones presupuestadas, y mirar para otro lado cuando se acumulaban los accidentes, los siniestros y los muertos en los fatales puntos negros de esta vía en su tramo burgalés.
Ahora que la ejecución de la A-12 es inexcusable, el Ministerio de Magdalena Álvarez, marea la perdiz, dilata los plazos, ofrece itinerarios gravosos e inasumibles, y en resumen, se ahorra la pasta que se debiera gastar en Burgos; además de manera alucinante, el responsable del PSOE local de Burgos, Ángel Olivares, demostrando su constante comunicación con Fomento, salta a la palestra desacreditando los tres trazados propuestos y contradiciendo las declaraciones de su secretario provincial, José Mª Jiménez, que optaba por una de las opciones ministeriales: penoso. Por cierto, es de suponer que los socialistas burgaleses enmendarán los Presupuestos del Estado para 2007, para financiar la liberación del peaje del tramo Castañares-Rubena; de lo contrario sus posiciones públicas serán humo de paja, como cuando apostaron por la autovía a las Merindades, el AVE directo Madrid-Burgos o la liberación completa del peaje de la AP-1: se acercan las elecciones.
Es de justicia que Fomento ofrezca ya un itinerario que no afecte ni ambiental, ni patrimonial, ni socialmente al sensible entorno oriental de Burgos, y que nos garantice una ejecución razonable para una autovía de la que llevamos hablando ya seis años y de la cual aún no sabemos por donde pasará.
Luis Marcos.
Secretario General de TIERRA COMUNERA (TC).