Las propuestas de los castellanistas, que en el fondo plantean otro modelo de ciudad para Burgos, se centran en dinamizar las políticas de empleo y dinamización económica, mejorar el funcionamiento administrativo del consistorio burgalés, mediante su reorganización funcional y de personal, eliminando partidas de gasto innecesario y prescindible, dentro de un presupuesto, que incluyendo a sus organismos autónomos, suma más de 244 millones de euros, definiendo mecanismos para reducir la deuda que condiciona el futuro económico de la Ciudad de Burgos. Para el Partido Castellano (PCAS), el Ayuntamiento de Burgos debe priorizar la lucha contra el desempleo y por reactivar la economía de la ciudad, para lo que proponen medidas activas como la creación de Viveros de Empresas para jóvenes emprendedores, dinamizar la Oficina de Captación de Inversiones, mejorar la oferta de suelo industrial, establecer un Plan de Dinamización del Comercio Tradicional, hacer de Burgos la Capital de la Enseñanza de la Lengua Castellana, potenciar en turismo a través de la atracción de paquetes de vuelos turísticos a través del aeropuerto, y agilizar la puesta en el mercado del suelo industrial de Villalonquéjar IV, urgiendo a la Junta de Castilla y León a materializar el Parque Tecnológico de Burgos, completamente paralizado.
Los castellanistas del PCAS, como nadie ha hecho hasta ahora, reclaman reducir de forma significativa los gastos superfluos y las subvenciones innecesarias, reduciendo el gasto corriente en un 20 por ciento, eliminando gastos prescindibles en tiempos de crisis (protocolo, representación, publicidad, regalos,…), así como la eliminación de las partidas destinadas a personal de confianza, asesores, puestos de libre designación (solo esta partida supone cerca de 2 millones de euros). Otra de las grandes preocupaciones de los castellanistas burgaleses es reducir la deuda municipal, 120 millones de euros, a la que hay que añadir la deuda de los consorcios del Bulevar y Villalonquéjar IV, y el sobrecoste del desvío, que elevan la deuda del Consistorio hasta los 500 millones de euros, situación insostenible que supone 3.000 euros por habitante. El presupuesto 2016 debe habilitar soluciones a este grave problema.
Es inaceptable que los presupuestos para 2016 dediquen 3 millones de euros menos a inversiones que en 2015 (cuando ya eran solo el 11 por ciento) financiándose muchas de ellas mediante la venta de patrimonio municipal, que probablemente no se materializará. Coincido en la necesidad de dedicar los 22 millones de euros de las reducciones de los capítulos de gasto corriente y personal de libre designación, más los 37 millones de euros de los remanentes a dar un giro radical a las continuistas cuentas elaboradas por el PP, año tras año desde 2003, elaborando el nuevo presupuesto que Burgos necesita; el presupuesto que nos permita soñar otro modelo de ciudad. Para ello, lejos de las ensoñaciones de Lacalle, Bañeres y De la Rosa, hay que apostar por un presupuesto que mejore infraestructuras de los barrios, las dotaciones deportivas sociales, culturales y deportivas y la accesibilidad viaria, que incluya al menos para estas partidas 15 millones de euros. La ciudad que soñamos exige un fuerte compromiso en las acciones medioambientales, que pueden incluirse en el Plan de Inversiones Sostenibles, por 10 millones de euros para Ahorro y reutilización del Agua, Ahorro de Consumo Energético e implantación de Energías Renovables, y la ampliación de Zonas Verdes y del Cinturón Verde.
Así mismo, los castellanistas burgaleses reclamamos, hasta desgañitarnos, condiciones para crear empleo y dinamizar la economía burgalesa (Viveros de Empresas, Promoción Industrial, Capitalidad de la Lengua, Paquetes de Atracción de Turistas, Captación de Inversiones, Urbanismo Comercial, Apoyo al Comercio, Políticas de I+D+i…) con una asignación de 10 millones de euros. Y también políticas sociales con más convenios para colectivos en riesgo de exclusión, Parque de Viviendas Municipal, adquisición de autobuses urbanos, etc… por un importe de 10 millones de euros.
Los castellanistas burgaleses creemos que la regeneración democrática que reclama la ciudadanía hace imprescindible favorecer la participación ciudadana y la transparencia municipal, también en los presupuestos municipales; por ello el Partido Castellano (PCAS) defiende que las partidas de inversiones de las cuentas municipales 2016 sean sometidas a la opinión y consulta de la ciudadanía de los diferentes barrios de la ciudad, de forma que el tejido asociativo pueda priorizar las inversiones a ejecutar en cada área de la ciudad, según las disponibilidades presupuestarias. Los castellanistas también solicitamos impulsar la cogestión de instalaciones deportivas, sociales y culturales con colectivos y asociaciones cívicas y entidades sociales, y la realización de una auditoria de las cuentas municipales entre 2003 y 2015, al objeto de fiscalizar la posible comisión de delitos de corrupción en adjudicaciones de obras y servicios, así como la implicación del Ayuntamiento en la gestión de las desaparecidas cajas de ahorro burgalesas.
Lacalle, hace lo de siempre, pero es una burla a la ciudadanía burgalesa el apoyo materializado por el partido Ciudadanos de Gloria Bañeres a las cuentas municipales del PP, así como la abstención del PSOE de Daniel de la Rosa, que negocian en mesitas opacas a la ciudadanía la ratificación de un presupuesto y una política municipal al margen de la participación de los vecinos e incapaz de impulsar el cambio que Burgos necesita y de diseñar un modelo de ciudad para el futuro.
(Artículo de Luis Marcos publicado en burgos conecta.es / http://burgosconecta.es/blogs/latenadadelcomun/2016/04/05/otro-modelo-de-ciudad-para-burgos/#more-297 )