La falta de organización y la total carencia de visión de futuro está llevando al Ayuntamiento a ejecutar una política improvisada y carente de lógica. Una nueva falta de previsión obliga al cierre de una instalación municipal que ofrece un importante servicio a los vecinos de la zona.
Tras dilapidar cientos de miles de euros en obras prescindibles e innecesarias (Plan Catedral, demolición puente Gasset, etc.) ahora nos encontramos con que las actuaciones realmente necesarias de mantenimiento de las inmuebles municipales no se han llevado a cabo, el ejemplo más llamativo es el de la plaza de Toros. Sin embargo otras dotaciones de primera necesidad para la ciudadanía como las Guardería Río Vena, tampoco ha escapado a la dejadez de los responsables del PP en el Ayuntamiento de Burgos.
El cierre de esta dotación infantil es un nuevo revés para las escasas políticas sociales que realiza el Consistorio burgalés, a juicio de los castellanistas, «la reubicación de los niños producirá inconvenientes a los padres de la zona, que verán como sus pequeños se alejan de su domicilio para asistir a la guardería, y significará una nuevo obstáculo a la hora de conciliar la vida laboral y familiar».
La formación castellanista reclama al Ayuntamiento de Burgos que realice por trámite de urgencia alas obras necesarias para dotar a esta Escuela Infantil de todas aquellas carencias que existen , según dice la propia Concejala Ana Lopidana. «Si existe dinero para una publicación tan parcial como Plaza Mayor o para pagar los viajes en coche municipal a González Braceras, debe de buscarse una partida para rehabilitar la guardería de Río Vena», afirmaron los castellanistas.
De igual manera los castellanistas temen que este cierre suponga a corto plazo un recorte en el número de plazas. El ayuntamiento de Burgos ofertará en el próximo curso 66 plazas menos de las que están disponibles en este momento, de 372 a 306. que se ofrecen para los niños de 0 a 3 años en nuestra ciudad, «la guarderías son un elemento fundamental para la conciliación en las familias modernas».
Otro de los asuntos que también preocupa a los castellanistas es que va a ocurrir con los profesionales que hasta ahora atendían a los alumnos de esta Escuela Infantil, que probablemente pasen a engrosar las listas del ECYL.
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