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Castilla nos une

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SEIS CELEBRACIONES TRADICIONALES DE CASTILLA Y LEON DECLARADAS COMO FIESTAS DE INTERES TURISTICO REGIONAL. (Julio’2002). . (17/07/2002)

La importancia cultural, el valor etnográfico y la proyección estatal e internacional de la cultura castellana son algunos de los criterios que han motivado la declaración como de Interés Turístico Regional seis fiestas populares de la comunidad autónoma de Castilla-León. Tres de ellas pertenecen a la provincia de Valladolid: los encierros de Medina del Campo, la bajada del ángel de Peñafiel y la vendimia en Cigales. Las tres restantes son el Carnaval de la Bañeza (León), los Carochos de Riofrío de Aliste (Zamora) y los Gabarreros de El Espinar (Segovia). La localidad medinesa cuenta con unos encierros taurinos ya mencionados en el siglo XVI por Santa Teresa en su Libro de las Fundaciones. Se trata de una centenaria tradición de correr reses bravas, que viene a sumarse a la celebración de la Semana Santa de la ciudad, anteriormente declarada de interés turístico regional. La bajada del Ángel en Peñafiel consiste en la retirada del velo negro de la Virgen el Domingo de Resurrección por un pequeño ángel que viene del cielo. Documentada en 1799, esta tradición tiene su origen en los autos sacramentales del siglo XIX. La Vendimia de Cigales se celebra como fiesta oficial desde 1980, pero la tradición es muy antigua y se remonta a la época en la que los romanos plantaron las primeras vides en estos pagos, allá por el siglo II antes de Cristo. El Carnaval de la Bañeza, del cuál se tienen noticias escritas desde 1675 ha contado como principales argumentos para la declaración como fiesta de interés turístico regional con su antigüedad y repercusión. Los mozos de Riofrío de Aliste protagonizan el 1 de enero una de las más originales y tradicionales mascaradas castellanas, conocida como Los Carochos, cuando encarnan a personajes como los diablos, los guapos, la obisparra y los ciegos. En El Espinar se celebra anualmente a principios de marzo una fiesta en la que se rememora el ancestral oficio de cortar y transportar pinos en honor de todos aquellos que hicieron de esas labores su forma de vida en esa zona pinariega. Estas fiestas junto a las ya declaradas como de interés turístico regional, nacional e internacional ponen de relieve el extenso y variado acervo cultural de Castilla. Patrimonio que debe ser conservado y protegido por las administraciones públicas, ya no sólo como parte de nuestra identidad, sino además como una fuente de dinamización económica y turística de nuestra tierra.

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