Las autovías referidas unirán, en el caso de la M-404 madrileña la A-4 en Ciempozuelos con la AP-41 en Serranillos del Valle, mientras la Autovía de la Sagra en el caso toledano unirá la A-4 en Seseña (más otro ramal que partirá desde Añover de Tajo) con la A-5 en Valmojado.
Estas autovías, que en su conjunto supondrán un desembolso de más de 550 millones de euros se podrían haber coordinado y ejecutado de manera más racional (y por supuesto más barata), sin que ello hubiese afectado en absoluto a los ciudadanos y a las empresas a quienes deben beneficiar estas vías.
Una vez más, se demuestra que la petición formulada de manera reiterada por parte de TIERRA COMUNERA (TC), de que se recupere y potencia el Consejo de las Comunidades Castellanas (creado por Bono, Gallardón y Lucas cuando eran Presidentes de Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Castilla y León, respectivamente) no sólo redundaría en beneficios para los ciudadanos de estas comunidades castellanas, sino que serviría para reducir el gasto público y mejorar la calidad de vida de los castellanos de estas comunidades, algo especialmente importante en una época de crisis como la que vivimos. Y el despilfarro de recursos públicos que van a suponer estas dos autovías paralelas es un claro ejemplo de la necesidad de que se recupere el Consejo de las Comunidades Castellanas como foro y punto de encuentro y de negociación entre estas autonomías vecinas y de raíz castellana.