EL PARTIDO CASTELLANO (PCAS), a través de los diputados de COMPROMIS, sus socios parlamentarios en PRIMAVERA EUROPEA, ha llevado la problemática de la utilización de armas de electrochoque (“Taser”) al Congreso, mediante la presentación de una Proposición No de Ley.
Aunque el uso de armas tipo Táser no se ha generalizado, sí que ha ido en aumento, en España hay unas 1.000 distribuidas; en policías locales de unos 200 municipios, principalmente Canarias, Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña. La Policía Nacional, la Guardia Civil, y la mayor parte de las policías autonómicas y locales no disponen de defensas eléctricas como dotación. En el caso de la Policía Nacional, sólo los GEO (Grupo Especial de Operaciones) dispondrían de varios ejemplares. En cuanto a las Fuerzas Armadas, el Ejército de Tierra ha adquirido estas armas para su evaluación.
España tiene una posición incoherente sobre las armas tipo Táser. Mientras el Ministerio del Interior asegura que la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil mantienen la decisión de no adquirir defensas eléctricas para la dotación de sus unidades, en base a los riesgos que se pueden generar, este mismo criterio no vale para algunos cuerpos de policía autonómica y local.
Amnistía Internacional recoge en su informe del año 2007 la muerte de 269 personas en Estados Unidos entre junio de 2001 y junio de 2007, y de 15 personas en Canadá entre mediados de 2003 y junio de 2007, después de haber recibido descargas. En 2012, Amnistía Internacional informó de que al menos 500 personas, desde 2001, habían muerto en Estados Unidos tras recibir ese tipo de descargas. Amnistía Internacional, recurre a su último informe anual para cifrar en 43 las personas que murieron en Estados Unidos durante 2015 «tras recibir descargas de armas Táser a manos de la Policía. En España 2005 una persona moría bajo custodia en las dependencias de la Guardia Civil , en Roquetas, después de ser “reducida” con una porra eléctrica. En Cataluña, del Verano de 2015 a Marzo 2016, la táser se utilizó ocho veces, en todas ellas -menos en una ocasión- las personas reducidas con este dispositivo o bien eran enfermos mentales o bien individuos que estaban bajo los efectos de las drogas
Algunas Comunidades Autónomas dicen desconocer o no tener constancia de la utilización de estas armas en sus Comunidades, insistiendo en que se trata de una competencia local. La escasa regulación que existe en este tema contrasta con las estrictas normas en otros ámbitos de las Policías Locales como lo relativo a uniformes o distintivos.
El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) expresa su preocupación por el hecho de que las armas Táser se están desplegando de forma generalizada en España antes de que se conozcan los resultados de pruebas rigurosas, independientes y exhaustivas sobre posibles riesgos para la salud.
Por ello se solicita la suspensión del uso y adquisición por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado y que impulse esta suspensión en policías locales y autonómicas:
Información adicional.
Aunque las investigaciones existentes han concluido que el riesgo de efectos negativos de las armas Táser en adultos sanos es generalmente bajo, los estudios han indicado también la necesidad de una mayor penetración de los efectos de estos aparatos en personas de riesgo debido a su salud precaria, al consumo de drogas o a otros factores. Amnistía Internacional ha afirmado que hacen falta más investigaciones sobre los efectos de las descargas eléctricas en personas en estado de agitación o bajo la influencia de drogas, con enfermedades cardiacas, sometidas a otros dispositivos restrictivos o expuestas a descargas prolongadas o múltiples. En al menos 20 informes de autopsia analizados por la organización de derechos humanos, los pesquisidores citaban el arma Táser como factor causal o concurrente de los fallecimientos, en ocasiones combinado con otros factores.
Países como Alemania estas armas están prohibidas desde 2008, aunque desde 2010 las pueden usar algunos cuerpos especiales de la policía. Están clasificadas como armas de fuego. Tampoco son legales en Italia. Es un arma, que como otras armas puede ser letal, como demuestran los informes, no es arma inocua, causa muertes.
Aunque los médicos forenses atribuyeron por lo general la causa de la muerte a otros factores, como la intoxicación por drogas, Amnistía Internacional ha afirmado que hacen falta más investigaciones sobre los efectos de las descargas eléctricas en personas en estado de agitación o bajo la influencia de drogas, con enfermedades cardiacas, sometidas a otros dispositivos restrictivos o expuestas a descargas prolongadas o múltiples. En al menos 20 informes de autopsia analizados por AI, los pesquisidores citaban el arma Táser como factor causal o concurrente de los fallecimientos, en ocasiones combinado con otros factores.
En Europa, en 2015 un tribunal británico falló a favor de una víctima de estos dispositivos. Según recoge The Guardian, en Inglaterrra,ha habido 11 muertes relacionadas con el uso de las pistolas eléctricas en la última década,. La muerte del exfutbolista Dalian Atkinson tras ser neutralizado con una pistola eléctrica por la Policía en Reino Unido, fallecía de un ataque cardíaco, fue en agosto del pasado año (2016).
Los protocolos sobre la utlización de estas armas son mínimos o insuficientes, suelen obviar que no se debiera usar con colectivos vulnerables, como personas de edad avanzada o discapacitados. Tampoco se deben utilizar, como recogen la recomendación del Comité para la Prevención de la Tortura, contra personas que padecen algún brote psicótico o estén bajo la influencia de sustancias estupefacientes. Estos datos ponen de manifiesto las dudas existentes sobre los efectos médicos de las pistolas tipo Taser y otros dispositivos paralizantes de electrochoque, así como la tendencia a utilizar de manera abusiva este tipo de armas.
Los casos documentados por Amnistía Internacional sobre el uso de las armas Taser en países como Estados Unidos o Canadá demuestran que estas armas no se emplean como último recurso y de manera proporcionada, sino que se utilizan de forma habitual como opción de fuerza contra personas que no representan una amenaza para sí mismas o para terceros. Todavía se presta a disputa si es susceptible de ser considerado una amenaza. No se ha realizado ningún estudio que evalúe las condiciones patológicas de cada individuo sospechoso ni se puede medir el nivel de peligro de una situación concreta, pues responde al criterio personal de los agentes implicados en cada momento.
Las pistolas paralizantes de electrochoque Táser tienen la capacidad de infligir dolor severo mediante la descarga de 50.000 voltios al cuerpo con sólo apretar un botón y sin dejar marcas relevantes, lo que las convierte en un instrumento muy peligroso susceptible de ser utilizado para torturar y maltratar. Este tipo de armas arrastra un inquietante historial de abusos contra los derechos humanos allí donde su uso se ha extendido, como Estados Unidos o Canadá.
En el marco de las obligaciones de prevenir la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, el Gobierno central debe adoptar en todo el territorio las medidas necesarias para regular el uso de las armas tipo Taser, una responsabilidad que también deben asumir los gobiernos regionales en su ámbito de actuación.