El PARTIDO CASTELLANO-TIERRA COMUNERA (PCAS-TC) celebró en la Plaza del Concejo de Guadalajara los 500 años del fin de la Guerra de las Comunidades de Castilla, al ser el atrio de San Gil el lugar elegido por los comuneros del siglo XVI para debatir sobre cuestiones de la ciudad. El tiempo acompañó al acto en una magnífica tarde primaveral en la que la afluencia de público cubrió el cupo permitido en la plaza para garantizar las medidas de distanciamiento social por la pandemia.
La introducción de la concentración corrió a cargo de Pedro Mambrilla, presidente provincial de PCAS-TC y a continuación tomó la palabra Javier Plaza, historiador que dio un repaso a los hechos y vicisitudes de los comuneros en Guadalajara y en el resto de Castilla. José Morales, concejal de Unidas Podemos también dedicó unas palabras a la causa comunera y relacionó diversas actividades que se están proyectando desde el ayuntamiento para promocionar el V Centenario (1521-2021). Por último, hizo su aportación Jorge Riendas, concejal de Aike – A Guadalajara Hay Que Quererla, quien leyó el Manifiesto Villalar 2021.
Un vecino espontáneo quiso poner su granito de arena desde un punto de vista histórico sobre la importancia de los comuneros y su hito como revolución moderna pero que ha quedado ensombrecida por otras muy posteriores en Inglaterra y Francia. Igualmente aclaró que el 23 de abril no se celebra la derrota de los comuneros porque sus valores perviven y que ni siquiera la revuelta terminó en 1521 porque una mujer, María Pacheco, siguió al frente del Común de Toledo hasta la rendición definitiva en 1522.
Por último ha tenido lugar la ofrenda floral por parte de Jorge Riendas, Pedro Mambrilla y José Morales, a los pies del ábside que constituyen los restos que quedan de la iglesia de San Gil. Varias vecinas de Guadalajara se han arrancado a bailar una jota al ritmo de dulzaina y caja, poniendo un broche final inmejorable al Homenaje en Recuerdo de los Comuneros de Guadalajara.
El sábado 24 de abril de 2021 continuarán los actos en la Villa de Atienza, junto a la casa donde nació uno de los tres líderes comuneros, Juan Bravo, que fue decapitado al día siguiente de la Batalla de Villalar.


