
Responsables del PARTIDO CASTELLANO- TIERRA COMUNERA (PCAS-TC) han solicitado en la mañana de este miércoles en la sede de la Subdelegación del Gobierno en Burgos la activación del Plan Garoña, actuación prometida en el entorno de la central nuclear de Santa María de Garoña en 2009, con una dotación de 950 millones de euros (2009-2013) por el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero en 2009, y que nunca se convirtió en realidad.
Ante estas circunstancias la formación castellanista ha registrado un escrito en la sede gubernamental en que se recuerda a Pedro Sánchez el compromiso de su partido y del Gobierno de España con esta deprimida zona del norte de la provincia de Burgos.
El Plan Garoña nació con el fin de paliar las consecuencias del cierre de la planta nuclear, que incluía una treintena de actuaciones dirigidas a fortalecer la estructura productiva de la zona y garantizar un crecimiento estable, “durante los próximos años y de forma previa al cierre de la planta nuclear”. De ellas, únicamente, en una docena se realizó alguna actividad.
Entre las actuaciones anunciadas se encontraban: agilizar la línea de Alta Velocidad Burgos-Vitoria, la Vía Verde Meseta Castellana-Cantábrico, la mejora de la carretera N-629, los proyectos de desdoblamiento de la N-I y de la construcción de la autopista Dos Mares, crear en Miranda de Ebro un punto nodal del Corredor Cantábrico-Mediterráneo donde confluirán vías de comunicación por carretera y ferrocarril; construcción en la zona de un Parador Nacional o crear un proyecto de Investigación y Desarrollo Tecnológico de los procesos de desmantelamiento de la central de Santa María de Garoña.
Una década después del cierre de la central, ni el Plan Garoña ni los Reindus han servido ni siquiera para mitigar los efectos de la pérdida de empleos que produjo su cierre. Por ello los castellanistas han solicitado al Gobierno que incluya en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2023, una primera anualidad de 500millones de euros, de cara a completar hasta 2027 los 950 millones comprometidos en su momento.
En otro orden de cosas el PARTIDO CASTELLANO-TIERRA COMUNERA (PCAS-TC) ha mostrado su más rotundo rechazo a la reapertura de una central “obsoleta”. Inaugurada en los años 70 del pasado siglo, su tecnología es mucho anterior, y el proceso de adaptarla con nuevos reactores, sería un proceso que se podría extender por una década; significando además un coste brutal, que tardaría lustros en amortizarse. Además la energía nuclear no hace a España energéticamente independiente, carecemos del tipo de uranio necesario para su funcionamiento. Los comuneros siguen apostando por las energías renovables, oponiéndose a grandes infraestructuras que crecen sin orden ni sentido en Burgos y en el conjunto de Castilla y León, con el único objetivo de alimentar energéticamente a otras regiones, y pagando la ciudadanía de nuestra comunidad la energía igual de cara que aquellas que son deficitarias en su producción.